Problemas que los singles no tienen nos habla de amor, de arte, de poesía y de teatro, pero también de desamor, de fealdad, de injusticia y de mentira.
Sin embargo, nada de esto será tomado demasiado en serio, o con una excesiva gravedad, pues en realidad nada importa demasiado cuando tenemos la grandeza de sentir la vida en tonalidad de jazz, a través de sus tonos azules y melancólicos, de sus blue notes. En un bloque de vecinos, más allá del cuál no hay nada, salvo quizás el espíritu de algún genio del Siglo de Oro español, viven o trabajan -se afanan en fin- unos personajes aparentemente muy diferentes entre sí, pero que por aquello del azar o del destino o sencillamente por la proximidad física, acabarán entrelazados de una forma más que poética.